La leyenda Diego Armando Maradona es muy conocida, pero además de por sus genialidades en la cancha, al pelusa se le atribuían miles de chismes y anécdotas. Se equivocó miles de veces debido a sus adicciones y otras cosas pero su humildad dejó historias que estremecieron a muchos.
Una de esas historias, ocurrió en 1985 cuando Maradona recién había llegado a Italia. La ciudad de Nápoles se volvió loca con su fichaje y su figura era tan idolatrada que llenaba el campo de San Paolo todos los domingos.
A unos 25 kilómetros de allí, en la localidad de Acerra, un padre muy desesperado se contactó con el Napoli para pedirle colaboración al club. Su hijo estaba enfermo, tenía una malformación en el paladar que le atrofiaban la cara y necesitaba una operación urgente en Suiza.
Gennaro era el nombre de éste padre que quería salvar la vida de su hijo Luca y propuso celebrar un partido a beneficio en el estadio de San Paolo para recaudar fondos pero el club no accedió a su petición.
Parecía que la idea no se llevaría a cabo pero cuando esta historia llegó a los oídos de Diego, la cosa cambió. Maradona quería ayudar a esa familia y trató de convencer al club. El argentino recibió otra negativa por parte del presidente pero el pelusa desobedeció a su jefe.
Maradona y varios de sus compañeros se comprometieron a celebrar el partido y un día después de ganarle a la Lazio, 12 futbolistas del Napoli llegaron a Acerra para jugar el partido en el estadio municipal.
El 25 de enero de 1985 y ante la mirada de los aficionados, el pelusa y sus compañeros estaban calentando en un parking embarrado e iban a disputar un partido en el campo de su barrio. El Napoli de Maradona jugaría contra la Acerrana.
El campo de juego no estaba en un buen estado pero poco le importaron mancharse de barro y arriesgar su físico. El 10 sacó su lado más humilde y participó en un partido benéfico que hoy en día podría ser impensable.
El mejor futbolista se estaba arriesgando a una lesión en un partido entre amigos pero el objetivo era salvar al pequeño Luca. Maradona y Puzone organizaron un duelo 12 contra 12 para que no fuese considerado como un partido de fútbol y evitar sanciones del Napoli y la FIFA. El Napoli venció 0-4 a la Real Acerrana con dos goles de Maradona.
Lo más importante de aquel partido fue que la gente pudo disfrutar ver a su ídolo mientras ayudaban al niño. Diego aportó 15 de los 20 millones que se recaudaron y aquel desesperado padre pudo operar a su hijo.
18 años después, Luca pudo agradecerle el gesto en un programa de televisión y hoy en dia vive sano y feliz. Recordando al ídolo que le salvó la vida.
Maradona a lo largo de su vida tuvo miles de defectos y otras virtudes, pero lo que no cambió fue su humildad y amor por la pelota.