Lo que dejó las semifinales del Torneo Reducido por el segundo ascenso a Primera y la clasificación de Quilmes, fue una gran polémica. El partido terminó condicionado por un penal que el juez Lamolina cobró y que todos los espectadores sabían que no era. Una supuesta falta del arquero Miño sobre Federico Anselmo, cuando en realidad había ocurrido lo contrario.
El árbitro que se llevó grandes críticas ayer, salió a explicar que en la cancha había visto una cosa y en su casa otra. Reconoció que Anselmo termina pateando a Miño y que cuando lo analizó con la televisión se dió cuenta. Lamolina reconoció su error y declaró que no pudo dormir en toda la noche. El juez le pidió disculpas a toda la gente de Ferro.
El resultado final fue un 1-0 a favor del Cervecero. Ese penal, convertido en los últimos quince minutos, definió el partido y la serie que le dió el pase hacia la final por el segundo ascenso a Quilmes, que enfrentará a Barracas Central.