Hay muchos partidos históricos que quedarán por siempre en la memoria de los aficionados del fútbol. Ya sea por grandes goleadas, clásicos picantes, lujos, goles que marcan récords y muchas cosas más pasan dentro del campo de juego.
Y como a mí me gusta contar historias sobre el gran clásico mundial, les voy hablar del pasillo que le hizo el Barcelona al Real Madrid.
El 7 de mayo de 2008, el Madrid y el Barça se enfrentaron en el Santiago Bernabéu en un clásico intrascendente en la clasificación. Los blancos llevaban 14 puntos de ventaja sobre los catalanes y se habían consagrado campeones de la jornada anterior en Pamplona. El equipo culé atravesaba una grave crisis, en medio de una racha de malos resultados. Se ubican terceros y sin opciones de luchar por el campeonato. El barca llegó al coliseo blanco teniendo que cumplir con una penitencia. Los azulgranas respetaron el tradicional “pasillo” al equipo campeón y soportaron con aplausos el desfile de los jugadores blancos al entrar al estadio. En su equipo faltaban Eto’o y Deco que en la fecha anterior forzaron la tarjeta amarilla para no ser partícipes de aquella imagen. Increíble.
Luego de haber superado el protocolo, parecía que el Barcelona había pasado lo peor pero todavía le quedaba otro mal trago. El Real Madrid salió al campo con mucha confianza y acogotó a los catalanes en su área. Los locales se sentían cómodos y Raúl abrió el marcador tras aprovechar un balón suelto en el área frontal.
Los jugadores azulgrana se desesperaban con cualquier decisión del árbitro. Una indiscutible falta de Touré sobre Sergio Ramos sería botada por Guti para encontrar la cabeza de Robben. El holandés, totalmente desmarcado, convirtió el 2-0 de cabeza.
Rijkaard, el DT culé, hizo su primer cambio en el minuto 23 pero el juego de los azulgranas no mejoraría. El Madrid estuvo cerca de marcar el tercero en varios oportunidades antes del descanso pero la total alegría del Bernabéu se reservó para el segundo tiempo
Mucha lluvia caía sobre el césped y la tormenta blanca sobrepasaría de nuevo. La entrada de Higuaín agitó el juego de los blancos y el argentino anotó el 3-0 tras un gran pase de Diarra. La defensa del Barcelona se estaba desangrando y el Madrid buscó una goleada histórica para celebrar el campeonato. Unas manos de Puyol fueron señaladas en el área y el Madrid convirtió el cuarto de penal.
Con Messi a la cabeza el juego del Barcelona cambió y empezó a buscar un poco más a pesar de estar 4-0 abajo.Faltando diez minutos, Casillas hizo dos paradas imposibles de Leo pero no pudo evitar un ajustado disparo de Thierry Henry para descontar en el minuto 87. Ese tanto culé minimizó un poco la derrota.
El partido acabó tras la expulsión de Xavi, que se fue del campo por protestar. El clásico del Pasillo finalizó con 4-1, en una de las últimas grandes goleadas del Real Madrid sobre su eterno rival.