Este jueves se conoció la noticia de la salida del capitán Silvio Romero, figura de Independiente. Luego de sus cuatro años en Avellaneda, el jugador decidió buscar nuevos rumbos. Tras una serie de conversaciones y ofertas de distintos clubes en Brasil, como el Ceará, el delantero jugará para el Fortaleza, bajo las órdenes del DT argentino Juan Pablo Vojvoda.
El jugador expresó que su decisión tuvo que ver con una necesidad personal y familiar. Según Romero, esta determinación no tuvo nada que ver con el desajuste institucional y económico del Rojo, y además es totalmente extrafutbolística.
Pero la realidad es que en Independiente las cosas vienen complicadas hace tiempo, y se estaba haciendo imposible financieramente poder garantizar el salario del ex-Instituto. Con todas las inhibiciones a raiz de las deudas que el club tiene con otras entidades, Independiente accedió a cederlo por una suma muy escasa.
El Chino se marchó al Fortaleza, a préstamo por un año, con un cargo de 150 mil dólares y una opción de compra por un millón. En caso de que llegue alguna oferta por el futbolista, la dirigencia brasileña tendría que igualarla o vender. En otras palabras, Romero fue vendido por un millón de dólares.
Entre los aficionados del Rey de Copas se generó cierto revuelo, ya que el ídolo se fue por una cifra inferior, incluso, a la que se pide en la situación de Fabrizio Bustos. El lateral está arreglando un posible pase a River Plate, pero no sería por menos de 1.600.000 dólares.
Otros tres objetivos se fijaron como parte del contrato. Con un bono de 100.000 dólares extra que ingresarían por cada blanco alcanzado, Romero tendría que jugar el 60% de los partidos, ganar el Brasileirao y conseguir un título internacional.
En el arranque de la pretemporada y su comienzo de ciclo en Independiente, el entrenador Eduardo Domínguez viene haciendo lo que puede dentro de la crisis dirigencial y económica dentro del club. EL DT participó en las conversaciones con el jugador y trató de convencer a su capitán para que se quede.
Romero expresó sus verdaderas motivaciones y, entonces, el técnico, comprendiendo la situación, ayudó para que las cosas salgan de la mejor manera posible para el futbolista y su familia. «Hablé con Eduardo (Domínguez) y le planteé que era algo familiar. Más allá de lo que nos podía dar deportivamente, como sostén de mi familia necesitaba otra cosa y lo entendió. Él me ayudo para que se dieran las cosas. No tiene que ver con lo deportivo, si bien todo suma, uno pone en la balanza todo y lo más importante para mí era mi familia.«, detalló el nacido en la capital cordobesa.