Álvaro Morata es el candidato principal de Xavi Hernández para ocupar la posición de delantero central en el FC Barcelona esta misma temporada. Ha habido conversaciones con el jugador del Atlético de Madrid, cedido a la Juve, y con su representante, Juanma López, aunque aún falta concretar la operación con los otros dos clubes involucrados.
El propio Xavi es quien dio el primer impulso a la operación llamando a Morata para conocer su situación. El jugador reconoció no estar a gusto en su actual club y que iría con los ojos cerrados al Barça. El técnico blaugrana le prometió además que no se trataba de una decisión puntual sino estratégica: su fichaje iría mucho más allá de una plazo de seis meses.
El entrenador considera a Morata, de 29 años, como uno de los mejores atacantes, por su capacidad de trabajo y experiencia. Su incorporación se considera prioritaria para darle un impulso al equipo. Cabe recordar que el futbolista español pasó por el Real Madrid Castilla, filial del club blanco, y Real Madrid.
El 15 de agosto de 2010 debutó con el primer equipo filial, el Real Madrid Castilla C. F. y con el primer equipo el 12 de diciembre de 2010. Luego se marchó a Italia, a la Juve justamente, y retornó al Madrid. Si se da su fichaje al conjunto culé, estaría jugando para el máximo rival del club donde hizo gran parte de su trayectoria futbolistica.
La Juventus de Allegri tendría ya en la mira a Krystian Milik, del Olympique de Marsella, y a Gianluca Scamacca, del Sassuolo, para incorporarlos de manera inmediata.
Morata aceptaría rebajar su ficha (cobra diez millones de euros limpios) para hacer el ‘fairplay’ financiero que encadena al Barcelona, se incorporaría inmediatamente al club blaugrana, una vez que se llegue a un acuerdo con los clubes.
El Barcelona cuenta con una carta a favor: la opción de compra de Antoine Griezmann que se hará este verano. El Atlético tendría que abonar unos 40 millones, mientras que había llegado a un acuerdo con la Juventus para cobrar 40 millones a final de temporada si quería quedarse con el español. Así, podría terminar siendo una operación equilibrada en todos los sentidos.