"Este partido es un grito por la igualdad y la tolerancia. Una denuncia contra el racismo. Es una cuestión de Estado". Así de importante era el duelo entre España y Brasil para la Federación Española de Fútbol, que planteaba en esos términos el encuentro entre europeos y sudamericanos con Vinicius Jr. como foco de la polémica.
Y no es que el brasileño haya hecho nada en particular, pero en los últimos tiempos los actos de racismo se han repetido a lo largo y a lo ancho de España cada vez que el delantero del Real Madrid jugaba en los distintos estadios de LaLiga.
Esta semana, en la previa al duelo en el Santiago Bernabéu, la cuestión volvió a ponerse en el debate público. Vinicius compareció ante la prensa y hasta soltó algunas lágrimas cuando fue consultado por esta situación, que se repite desde hace tres años y tuvo otro capítulo hace algunas semanas en Valencia, donde el brasileño acusó a dos hinchas por insultos racistas en un partido en el que acabó expulsado.
Así, este juego entre España y Brasil se presentaba como mucho más que un amistoso. El duelo dentro de la cancha fue picante desde el minuto uno, con un arbitraje lamentable que le regaló dos penales insólitos a los locales, sacó 8 tarjetas amarillas y no pudo controlar el encuentro por momentos, que tuvo varias discusiones entre los jugadores.
Pero no fue todo polémico lo que pasó en el Bernabéu. En el medio hubo un partidazo de fútbol, con goles de tremenda calidad y muchísima emoción hasta el minuto final.
España se puso rápido en ventaja al minuto 12 a través de Rodri, quien canjeó por gol un penal inexistente que el juez portugués Nobre cobró tras un piscinazo escandaloso del joven Lamine Yamal, quien la rompió a sus 16 años.
Al minuto 36, y ya sin polémica, llegó la perla de la noche madrileña: Dani Olmo se mandó una apilada fenomenal dentro del área de Brasil, con caño incluido, y definió de manera exquisita, de zurda, para poner el segundo para el local.
Brasil reaccionó rápido y descontó al 40' por medio de Rodrygo, quien aprovechó un error grosero de Unai Simón en la salida para interceptar un pase del arquero y definir por encima para estampar el 1-2, resultado con el que terminó la primera mitad.
A Dorival Junior no le gustó lo hecho por su equipo en los primeros 45 minutos por lo que en el entretiempo decidió meter cuatro cambios, con el joven maravilla Endrick a la cabeza. Primer partido en el Bernabéu para el chico del Palmeiras, por quien el Real Madrid ya pagó 72 millones de euros.
Y Endrick, por supuesto, no defraudó. Apenas cinco minutos después de haber saltado al campo de juego, el brasileño capturó un balón suelto tras un tiro de esquina y, de zurda, puso el 2-2 parcial tras un leve desvió que descolocó a Simón, que igual pudo haber hecho algo más para evitar el tanto.
A partir de allí la pierna fuerte se hizo presente, con los jugadores brasileños tratando de recuperar el balón en poder de España y con varias tarjetas amarillas para los de la Canarinha.
Pero aún faltaban cosas en el partido. Al minuto 87 Carvajal se zambulló en el área y el portugués volvió a sancionar penal, con todo el plantel brasileño quejándose, desde los 11 dentro del campo hasta el entrenador y los suplentes. Rodri volvió a cambiar el penal por gol y parecía que España se llevaba la victoria.
Pero faltaba una última jugada. El propio Carvajal le hizo un penal ridículo a Endrick, agarrándolo de la pierna, y Lucas Paquetá, capitán de la Canarinha, se hizo cargo del disparo para estampar el 3-3 y gritarlo de cara a todo el Bernabéu.
Partidazo lleno de polémicas y emociones el que regalaron España y Brasil, que dejó varias perlitas, entre ellas la del joven Endrick, quien volvió a marcar tras el tanto ante Inglaterra en Wembley el pasado sábado para la victoria de Brasil por 1-0. Apenas 90 minutos con la camiseta de Brasil y dos goles, uno en Wembley y otro en el Bernabéu. Endrick se perfila para hacer cosas grandes…
Foto: Mateo Villalba/Getty Images