José Mourinho no pudo hacer la épica y se quedó con las manos vacías este miércoles, luego de caer en la final de la Europa League por penales frente a Sevilla . La Roma no pudo sostener la ventaja y terminó sucumbiendo ante el cuadro español.
"Tengo ganas de irme a casa el lunes y de jugar el domingo, que lamentablemente no puedo estar en el banquillo. Necesito vacaciones, estoy muy cansado. Hasta el lunes estaré en Roma", aseguró el técnico portugués al final del compromiso.
Sin embargo, sostuvo: "Tengo que pelear por estos chicos y no puedo decir objetivamente que me quedo. Dije hace unos meses que si tenía contacto con un club se lo diría a los propietarios, no haría nada en secreto. Hablé con el club en diciembre cuando Portugal estaba allí. De momento no he hablado con nadie porque no hay ningún equipo. Tengo un año más de contrato con el Roma, la situación es esta".
Eso sí, no se quedó callado con respecto a la actuación del arbitraje y afirmó: "La influencia de los árbitros en nuestros partidos es una cosa a la que ya estamos acostumbrados, pero en una final europea no me lo esperaba".
Aunque la derrota, su primera en finales de Europa, dejó bastante dolido a un Mourinho que ni siquiera aceptó la medalla de plata. “Las de oro las guardo, las de plata no las quiero y siempre las regalo".
"Se lo he dicho a los jugadores al final del partido, con ellos hablo siempre de manera honesta. He ganado cinco finales antes que esta y no me voy a casa menos orgulloso esta vez que en las otras cinco que he ganado. Muy orgulloso de los chicos", aseveró.
"Se lo he dicho también antes. O salimos de aquí con la copa o salimos muertos. Y salimos muertos. Los jugadores están muertos de cansancio, yo también, física y psicológicamente. Ha sido una final durísima, creo que hemos jugado casi 150 minutos porque los descuentos han sido increíbles", concluyó.
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