Gerard Piqué reapareció en escena para hablar sobre su ex club, el FC Barcelona, y lejos de esquivar los dardos sobre las acusaciones a la institución catalana por el conocido Caso Negreira, respondió con firmeza y respaldo a la entidad blaugrana.
El que fuera defensor del Barça a lo largo de 15 temporadas, y que actualmente tiene el rol de empresario, confía en la inocencia de los Culés luego de que se los los inculpara por presuntos hechos de corrupción en conjunto con el Comité Técnico de Árbitros.
Dichas imputaciones vinculan a los ex presidentes Sandro Rosell y Josep María Bartomeu (además de los dirigentes Albert Soler y Óscar Grau involucrados), quienes entre 2001 y 2007 habrían realizado un pago millonario a José María Enríquez Negreira.
"Por mucho que quieran ensuciar, nadie puede poner en duda aquella época, que fue muy bonita. Todos los clubes, a excepción del Madrid, y LaLiga se habían puesto en contra del Barça y ahora, entiendo que con la presión de su afición, se ha puesto en contra del Barça, pero yo tengo mucha confianza en mi club", declaró el ex futbolista de 36 años en diálogo con RAC1.
A la hora de ahondar sobre este tema, el ganador de 30 títulos en su trayectoria con Barcelona comentó sin desmentir: "No sabíamos que el club pagaba a este señor. Los jugadores, sobre todo los que llevamos más años, ya conocen los árbitros, pero a los entrenadores, sobre todo los que vienen de afuera, les va bien tener esos informes. Yo, como jugador, no sé si la faena de este señor era esa. Yo pondría la mano en el fuego de que el Barça no ha comprado árbitros. Si quieres comprar a un árbitro, es muy fácil: quedas con él y le das un sobre".
En relación a lo deportivo, Piqué hizo una evaluación del ciclo de Xavi al mando del equipo y aclaró que sentiría propia la eventual coronación de LaLiga más allá de su alejamiento. "En parte, lo siento mío. Que (el Braça) gane LaLiga, no sé si oficialmente me la contarán, pero me alegraré por el club. Si gana LaLiga, no me he planteado si iría a la celebración", confesó.
"Formar parte del equipo a principio de temporada hace que me conozca gran parte del vestuario, El otro día hicieron una cena de vestuario y decidí no ir. Cuando uno decide dar el paso al costado, tiene que ser coherente", continuó en su relato.
Justamente, acerca de su retiro, el ex central de Manchester United dejó en claro su postura. "Era lo más sano para mí, para la gente, para el equipo. Cuando llevas muchos años y has sido importante, el rol ya no es el mismo, no juegas cada tres días, el cuerpo está acostumbrado a unas cosas que ya no le das y te haces grande… Estuve semanas pensándolo y creo que, al final, acerté", sentenció.
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