Paris Saint-Germain llegó a este fin de semana con la misión de empezar a olvidar la eliminación en la UEFA Champions League, contra Bayern Munich. Y su ejercicio se dio como lo esperaba. Es que, en el Estadio Francis-Le Blé, logró un triunfo en el cierre por 2-1 sobre Brest, en la continuidad de la Ligue 1.
Para olvidar su salida en los octavos de final del certamen que, a lo largo de su historia, ha sido su principal deseo, los parisinos salieron con ímpetu al juego y, desde el primer momento, buscaron acorralar a sus rivales, con una postura adelantada y de circulación de la pelota en el campo contrario.
Después de una aproximación de parte de una de sus figuras, Kylian Mbappé, los de Christophe Galtier se acercaron con peligro antes del cuarto de hora de partido: Lionel Messi cometió un yerro, dentro del área, y Carlos Soler tomó para sacar un fuerte disparo, que desvió al arquero y dio en el palo. Tras el rebote, el argentino probó una volea, la que salió elevada.
Así como la visita encontró aisladas oportunidades para romper el cero, el cuadro pirata generó algunas llegadas. Sin embargo, la ventaja fue lograda por los líderes del campeonato, a los 37 minutos. Luego de un venenoso tiro lejano de Mbappé, el guardavallas dejó vivo el esférico en sus cercanías y Soler convirtió mediante una rápida aparición, con un toque preciso al ángulo derecho.
Pese a conseguir su cometido en el marcador, la alegría duró poco para el PSG. Un pase en largo y sutil de Romain Del Castillo bastó para sorprender y superar a la mal parada defensa contraria, el que recibió Franck Honorat, quien se dirigió hacia el área, bajo la persecución de Timothée Pembélé y Sergio Ramos, y una vez ingresado remató con firmeza al lado izquierdo.
Pasado el entretiempo, los dueños de casa se animaron ante la paridad en el marcador y se asomaron al arco de Gianluigi Donnarumma, en el arranque del complemento. A tal punto que el conjunto de la capital francesa disminuyó notablemente su superioridad en la tenencia del balón, que se equilibró.
Aun así, y más allá de no tener suficiente claridad en la generación de juego, los parisinos estuvieron cerca de ponerse arriba en el tanteador, otra vez: Messi probó un tiro colocado a la izquierda, detenido con gran reacción por el portero, y Mbappé también ensayó un disparo de media distancia.
Con el reloj consumiendo, los de Galtier continuaron con sus complicaciones, pero una aparición oportuna de Mbappé alcanzó para salvarlos. De contragolpe, la Pulga jugó rápido por la derecha del mediocampo hacia el galo, que desplegó en velocidad, sin obstáculos en el camino, por el alto adelantamiento de la línea defensiva, hasta dejar en el camino al arquero y definir a solas con la red.
De esta manera, el PSG suspira y vuelve a centrarse en la Ligue 1, su único objetivo hacia el final de la temporada, en la que lleva cuatro triunfos al hilo y se sostiene en el liderazgo en soledad con 66 puntos, 11 momentáneos sobre el escolta Olympique de Marsella, que debe jugar el domingo. La próxima fecha recibirá a Rennes.
Foto: FRED TANNEAU/AFP via Getty Images