En el Etihad Stadium y por la cuarta ronda de la FA Cup, en lo que muchos llamaron una final anticipada, Manchester City se impuso por 1-0 ante Arsenal.
El local, que jugó con mayoría de titulares, asumió el protagonismo desde el comienzo y controló la posesión de la pelota (57,6% en la etapa inicial), pero careció de desequilibrio en el último tercio, donde no pudo abastecer a Erling Haaland.
La visita, por su parte, que presentó un mix entre titulares y suplentes, le cedió la iniciativa al rival, aunque sin retrasarse demasiado en el campo de juego ni resignando la posibilidad de lastimar de contragolpe.
De hecho, en el primer tiempo las dos situaciones de mayor peligro fueron para los Gunners: a los 4', Takehiro Tomiyasu le quemó las manos a Stefan Ortega y, a los 21', el arquero se volvió a lucir para atajar un disparo de Leandro Trossard.
A los 57', al no alterarse la dinámica del partido, Pep Guardiola recurrió al ingreso de Julián Álvarez en lugar de Riyad Mahrez y el argentino terminó participando de la jugada que quebró el cero.
A los 64', el palo le ahogó el grito a la Araña, pero el rebote le quedó a Jack Grealish, quien se tomó su tiempo para pensar y en el momento justo le soltó un pase perfecto a Nathan Aké, que remató de primera contra el palo más lejano de Matt Turner.
Mikel Arteta movió el banco y buscó provocar una reacción en sus dirigidos con las entradas de Martin Odegaard, Oleksandr Zinchenko y Gabriel Martinelli, pero a su equipo se le hizo cuesta arriba el encuentro.
El elenco londinense buscó el empate, especialmente a partir del uno contra uno de Martinelli por el sector izquierdo, pero no pudo nivelar las acciones y en los últimos minutos el City se defendió inteligentemente con el balón para asegurar la victoria, la cual lo depositó en los octavos de final.
Foto: Alex Livesey – Danehouse/Getty Images