Argentina fue de menor a mayor, de la preocupación a la consagración en la Copa Mundial de Catar 2022 . Es que partió su camino con derrota y, a partir de ese debut adverso, solo se dedicó a mejorar su nivel de un partido tras otro, hasta culminar el trabajo con la mayor de las alegrías al hacerse con el trofeo.
Así como fue el rendimiento ascendente de la Albiceleste, también lo fue en el aspecto individual. Y, en este progreso, salvo un Lionel Messi que fue regular de principio a fin, muchos de los jugadores mostraron su mejor cara en los momentos culmines, en el cierre, como sucedió con Nahuel Molina .
El lateral derecho disponía de la etiqueta de haberse convertido en una fija en el ciclo del entrenador, Lionel Scaloni, aunque le costó plasmar su condición en el comienzo. Si bien fue titular contra Arabia Saudita, en el estreno, su desempeño estuvo en el bajo tono del seleccionado sudamericano.
Pese a haber cumplido con las órdenes tácticas de su DT en el primer encuentro, el jugador de Atlético de Madrid perdió el puesto con Gonzalo Montiel, con quien había dejado en claro, en el último tiempo, que el puesto estaba más que cubierto. El ex River tampoco logró asegurarse el lugar contra México, por lo que el surgido en Boca sumó minutos contra los centroamericanos y volvió a estar desde el arranque ante Polonia, en el cierre del Grupo C.
Para el nacido en Embalse, Córdoba, este aviso del técnico le calzó perfecto. Es que sintió su ausencia y regresó al once con todo frente al combinado europeo: tuvo una destacada actuación, en la que se destapó con una asistencia.
Esto marcó un punto de inflexión para el pasado defensor de Udinese, que en ningún momento perdió el respaldo de Scaloni. Tal fue el impacto que no solo no salió del equipo titular, aun en la final contra Francia, sino que la seguridad completa en sí mismo se reflejó en los cuartos de final, cuando abrió el marcador contra Países Bajos, partido en el que los argentinos avanzaron por penales.
Tanto contra Croacia, en semis, como en el partido por el título, Molina terminó de asentarse como una pieza importante en el camino a la gloria, del que fue parte participando en los siete encuentros (seis como titular), siendo el quinto jugador con más minutos jugados en Argentina, con 568, según la estadística de la agencia Opta.
Quedarán imborrables su gol y asistencia en la Copa Mundial, aunque su trayecto fue más que eso. Clave en la banda derecha y con sus constantes adelantamientos, dio 232 pases (83 finalizando en el último tercio), de 288 intentos, y probó dos remates, en el que uno solo fue al arco, el que terminó en gol, y generó tres chances. Junto a esto, aportó nueve duelos exitosos, 23 recuperaciones y cuatro barridas ganadas.
Hacia Catar 2022, el ex Rosario Central y Defensa y Justicia llegaba con apenas 19 encuentros disputados con la Albiceleste, en los que brindó dos pases-gol, y una cuenta pendiente desde la Copa América 2021, la que, si bien celebró su conquista, permaneció como suplente en la final, tras haber jugado cinco duelos.
Objetivo más que saldado para Molina, quien, con apenas 24 años, tiene un largo camino por construir y perfeccionar en su selección. Ya pegado el salto en Europa, por su traspaso al Atleti para esta temporada 2022-23, tendrá en el horizonte la búsqueda de relevancia entre los mejores de su puesto en la élite del Viejo Continente, algo que, en un tramo en Italia, supo relucir.
Foto: Patrick Smith – FIFA/FIFA via Getty Images