Desde que empezó su ciclo en Argentina , Lionel Scaloni convocó un sinfín de jugadores. Todo con el objetivo de encontrar a los indicados para conformar un equipo, lo que le dio rédito para la obtención de la Copa América 2021 y sentó una base para dirigirse a la gloria en la Copa Mundial de Catar 2022 .
En este proyecto del entrenador, hubo nombres que se volvieron fijas en la Albiceleste. En ese sentido, quien puede decir que pasó a ser una pieza de suma importancia es Rodrigo De Paul , un verdadero motor del seleccionado y que debió luchar de principio a fin en la competición, para alcanzar la máxima consagración.
Después de haber sido relevante en el armado del DT, tanto que le permitió conformar al técnico un mediocampo «de memoria», junto a Leandro Paredes y Giovani Lo Celso, al volante le llegó el mayor de los desafíos en su carrera, en el certamen internacional.
A esta cita, el nacido en Sarandí llegaba con su mote de futbolista clave y ya con más de una temporada en las filas de Atlético de Madrid. Tras sus actuaciones en Udinese y, sobre todo, en la Copa América, le había aparecido la oportunidad de pegar el salto a mediados del año pasado.
Durante el período de Scaloni, el mediocampista se convirtió en un jugador internacional y añadió experiencia en selecciones a su trayectoria. Rumbo a la Copa del Mundo, se dirigió con 43 participaciones, dos goles y siete asistencias.
Sin embargo, su imagen fue por completo desconocida en el arranque de la Copa Mundial. En la presentación contra Arabia Saudita, en la que los sudamericanos perdieron, para la sorpresa de todos, estuvo muy flojo. De hecho, según los datos otorgados por Opta, tuvo el porcentaje más bajo de precisión de pases en su recorrido en el certamen (75.9%), con un total de 20 pases fallados (83 intentados).
Debido a ese bajo nivel, sumado a la irregularidad que traía del Atleti en el inicio de la temporada 2022-23, su presencia en el once titular de Argentina pasó a verse con ciertas dudas en el debate popular y con una mejoría lenta, como la que ocurrió al siguiente partido con México, el que era vital para que el equipo siguiera con vida en el torneo.
Pero Scaloni, quien ya había decidido sentar en el banco a Paredes, decidió mantener su confianza en el ex Valencia. Y esto funcionó a la perfección para el estratega y, en especial, para el futbolista, de 29 años, que devolvió el respaldo con voluntad y un nivel en alza, disputando los siete partidos correspondientes en la ruta hacia el título, todos desde el arranque.
Fue en la fase eliminatoria el momento en el que De Paul encontró su punto justo. Tal es así que, en la final ante Francia, demostró por qué era fundamental para el entrenador, oficiando como un pulmón en el equipo: dio 60 pases correctos, de 67 intentos, ganó siete duelos y logró cinco recuperaciones.
En el balance completo, el bonaerense registró 462 envíos acertados, de 539, generó siete ocasiones, un regate concluido y tres remates al arco (siete tiros totales). Sin el balón, se hizo notar con 29 duelos ganados, 42 recuperaciones (la mayor cantidad del seleccionado entre los jugadores de campo), seis entradas ganadas y siete intercepciones.
Para el futbolista del Colchonero, no pudo otorgarle mejor final a su película en Catar 2022, con el trofeo en sus brazos y una última foto que representa lo que ha sido su camino en el seleccionado. Ahora, tras alcanzar lo máximo, le queda como desafío reafirmarse aún más como referente en una ‘Scaloneta’ que disfruta de lo histórico y va por nuevas páginas hacia el futuro.
Foto: Lionel Hahn/Getty Images