La escena parecía sacada de los Supercampeones. Kylian Mbappé encaró por izquierda con pelota dominada, puso su sexta marcha -una más que todos los demás futbolistas de la cancha y del mundo- y dejó atrás a tres polacos en cinco metros. Transcurría el primer tiempo y la jugada terminó siendo una más, pero las onomatopeyas de asombro en la tribuna, y en especial en el sector de la prensa internacional en el Al Thumama Stadium, fueron evidentes.
Acostumbrados a verlos por televisión, observar en el estadio a jugadores como Lionel Messi, Neymar, Cristiano Ronaldo o Kylian Mbappé es otro tipo de experiencia. Allí se marcan aún más las diferencias con el resto. El por qué son mejores. Es una mezcla de talento, presencia y cualidades físicas al servicio de la técnica individual que los hace resaltar.
En el caso de Mbappé -nada que no se haya dicho- esa característica que sobresale es la velocidad con pelota. Cuesta entender cómo hace para recibir y en un milisegundo explotar su potencia física como un corredor de 100 metros llanos para dejar atrás a sus marcadores. La dificultad, claro, pasa porque lo hace con una pelota en los pies, no es un velocista. O, mejor dicho: no es solo un velocista.
Según las métricas que toma la FIFA en cada partido, Mbappé fue el jugador que alcanzó la mayor velocidad en el 3-1 de Francia ante Polonia por los octavos de final: 35,3 km/h en un sprint. Más allá de la velocidad máxima, lo que impresiona es la aceleración instantánea, ese primer paso que le da la ventaja por sobre los rivales. Y luego, de alguna manera, se las arregla para seguir con la pelota en los pies, dejando en el camino rivales y quedando siempre bien parado para definir la jugada, ya sea con un tiro al arco, un centro o un pase.
Como otro de los cracks de la Catar 2022, Lionel Messi, Mbappé tiene otra característica que resalta: no recorre tanta distancia durante el partido -fue el segundo que menos recorrió luego de Olivier Giroud – y también fue el segundo que más caminó (trayectos de entre 0-7 km/h según la escala de la FIFA).
Antoine Griezmann lo superó en ese apartado por apenas 200 metros, pero el delantero del Atleti recorrió mucho más trayecto en total: 11.257,2 metros contra los 7.758 del atacante del PSG. Ya en cuanto a los sprints, es decir, los piques a máxima velocidad, Mbappé quedó segundo detrás de su compañero Ousmane Dembélé , otro velocista del equipo galo. Pero reducir a Mbappé a la velocidad es subestimarlo . Sí, es su mayor virtud y sí, es imposible obviarla, pero el francés de 23 años es un jugador completo.
Una de esas cualidades que lo hacen un futbolista top es su capacidad, potencia y precisión para rematar al arco. Ante Polonia, el parisino disparó cinco veces (el que más lo hizo en el partido junto a Robert Lewandowski) y acertó en tres al arco (contra una del polaco), anotando dos goles. Esta estadística sobresale si se tiene en cuenta la métrica de goles esperados. Según Opta, Mbappé solo debió convertir 0,29 goles ante los polacos, lo que comprueba otra impresionante virtud del galo: su efectividad y precisión en el remate.
Tirado a la izquierda, tal como suele hacer en el PSG pero un poco más encasillado en la selección, Mbappé encuentra a sus mejores socios en los jugadores de su sector: Theo Hernández fue el que más le dio la pelota, con 15 pases, seguido por Antoine Griezmann (9), que ante Polonia jugó como una especie de enganche clásico, suelto por el medio del ataque. Rabiot también es otro con el que conecta mucho.
El centrodelantero de Les Bleus, sin embargo, no fue un socio buscado por el 10 galo: apenas se dieron dos pases cada uno. Esto tiene una explicación: Mbappé es más un definidor que un asistidor. Aún así, uno de esos dos pases fue la asistencia del primer gol del partido, una gran habilitación para la diagonal del delantero del Milan, quien definió de zurda para poner el 1-0 parcial.
Otra estadística que resalta es la de toques dentro del área contraria. Por mucho, fue el que más se destacó en este apartado en Francia con 11 toques contra los tres de Dembélé y Rabiot y los dos de Giroud.
Por supuesto, otra de las grandes cualidades innegables de Mbappé es la gambeta. Y acá también se destaca y por mucho: de los 16 regates de Francia en el juego, 10 fueron del delantero del PSG . Los defensores de Polonia no lo pudieron parar, más allá del buen partido en defensa en conjunto de los dirigidos por Czesław Michniewicz.
Una última métrica que explica la importancia de Kylian Mbappé en el esquema y el juego de los de Didier Deschamps sale también de una novedad implementada por FIFA durante esta Copa del Mundo: los desmarques para orecerse como receptor de un pase, u ‘offers to receive’ tal su nomenclatura en inglés. El parisino se ofreció como receptor de un pase 95 veces en el duelo ante Polonia, acaparando atención de la defensa polaca y abriendo espacios para sus compañeros.
En resumen, los dos goles y la asistencia de Mbappé ante Polonia solo fueron el corolario de una actuación brillante que lo catapulta a dos candidaturas individuales en este Mundial: el Balón de Oro a mejor jugador y la Bota de Oro al goleador del torneo. Ah, sí, también es el líder de la tabla de goleadores con 5 (lleva nueve en Mundiales, ya que anotó cuatro en Rusia 2018). Y puede seguir sumando a su cosecha en los cuartos de final ante Inglaterra. Kylian hace todo. Y Francia lo disfruta.
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