A partir del inicio de la invasión de Rusia a Ucrania, Roman Abramovich, aún dueño del Chelsea, atraviesa momentos de incertidumbre y duros para su carrera dentro del fútbol. Todo esto por su cercanía con el presidente Vladimir Putin, el empresario ruso decidió dejar el elenco inglés y se ve forzado a venderlo, por las medidas impuestas por el Gobierno Ingles. Ahora, la noticia que trascendió es que sufrió un posible envenenamiento.
Abramovich tuvo que presentarse en reunión en la ciudad de Kiev, capital ucraniana, a comienzos de marzo para comenzar una negociación con el objetivo de encontrar la paz. Sin embargo, a partir de los días posteriores al encuentro, el medio Wall Street Journal aseguró que, tanto el presidente del Chelsea como dos funcionarios del país invadido comenzaron con síntomas correspondientes a un envenenamiento.
El medio gráfico de Estados Unidos explicó que luego de la reunión en ucraniana, Abramovich, que se mantuvo viajado entre Moscú, Lviv y otros lugares de negociación- como lo hicieron otros dos miembros de alto nivel del equipo ucraniano- desarrollaron síntomas que incluían ojos rojos, lagrimeo constante y descamación de piel en sus caras y manos.
Abramovich no podrá ingresar en territorio de la Reina Isabel II y tendrá prohibido hacer cualquier tipo de negocio en suelo británico por su estrecha relación con el régimen del pías invasor. De esta forma, sus intenciones de desprenderse de los Blues se han visto abruptamente paralizadas y el futuro del club es una incógnita.
La sanción suena medio ilógico, ya que el Gobierno es aliado de Ucrania y la OTAM. Debido a que la idea del empresario ruso era vender el club y con lo recaudado, donarlo a Ucrania para ayudar a las familias lastimadas por la guerra. A raíz de la prohibición impide, el Reino Unido, la ayuda a quienes supuestamente le están dando la mano derecha para frenar la petición de Putin.