El caso Robinho sigue sumando aristas. Si bien después de tanto tiempo la situación judicial del jugador llegó a una definición dado que la Justicia italiana resolvió condenar tanto a él como a su amigo Ricardo Falco a nueve años de prisión por violencia sexual en grupo contra una mujer, ahora se conoció el testimonio de la víctima, que se mostró un poco más relajada después del fallo contra del brasileño, quien no tiene la posibilidad de apelar la sentencia.
«Mujeres, denuncien. No tengan miedo de sus agresores porque frente a cada agresor hay otra diez personas buenas que están dispuestas a ayudarlas. Ya sea un amigo, un familiar, un policía, un juez y, sobre todo, la Justicia», comentó la mujer albanesa, que pidió no revelar su identidad, en un diálogo exclusivo con el medio UOL. Además, agregó: «Aunque los fallos no serán totalmente reconfortantes porque nunca pagará el dolor y la ira sufrida y tampoco te hará volver a ser la personal que eras antes, sí puede servir para otra mujer. Una mujer que puede ser nuestra madre, nuestra hermana, amiga o hija. Únicamente denunciando podemos evitar que estas situaciones vuelvan a suceder».
Según cuenta el sitio brasileño, la mujer, que fue abusada sexualmente en forma grupal, estuvo en todas las audiencias con el juez y los fiscales de la causa. Allí, en Roma, donde se llevó a cabo el juicio, tuvo que revivir toda la pesadilla que vivió tiempo atrás en la ciudad de Milán, donde Robinho pasaba sus días como jugador de la institución rossonera.
El suceso sucedió en un boliche cuando ella tenía apenas 23 años y se encontraba bailando y disfrutando de la noche. Hasta el momento, los únicos juzgados fueron Robinho y Falco, aunque los otros cuatro amigos pueden ser procesados a partir de la condena.
Por el momento, no es tan sencillo y lineal que el futbolista de 37 años, de paso por Santos, Real Madrid, Manchester City, Milan y Atlético Mineiro, entre otros, termine encerrado entre rejas dado que podrían encontrar un salvataje para evitar esa situación. Brasil, según su Constitución Nacional, prohíbe la extradición de sus ciudadanos. En ese sentido, la sentencia, que ya no puede ser apelada, implica que Robinho terminará preso exclusivamente en Italia o en cualquier territorio que tenga un acuerdo de extradición con el país europeo.
Más allá de zafar, por ahora, de la cárcel, la carrera dentro del campo de juego parece estar condenada al final. Su deseo era jugar en Santos unos últimos partidos antes de colgar los botines, pero ese regreso no podrá ser posible. Su imagen cayó en picada luego de que se conocieran las denuncias en su contra y ningún club estaría dispuesto a contratarlo. De hecho, si quiere continuar jugando en el extranjero deberá tener en cuenta que en muchos lugares puede terminar preso y ser deportado rumbo a Italia.