La situación de Dembelé con Barcelona llegó a su último punto: Xavi Hernández cumplió con su palabra y lo colgó por no haber arreglado su continuidad en el club. El equipo viajó a Bilbao para jugar los octavos de final de la Copa del Rey con la ausencia del francés.
La intención del club culé es renovarle el contrato al jugador , que finaliza en junio de este año, pero la firma todavía no se concretó, por lo que desde el pasado 1 de enero es libre de negociar con cualquier otro club. «Dembelé debería pensar un poco más en el club; se ha decidido que si no renueva, se le buscará una salida. No es agradable para nadie, pero aquí priman los intereses del club», había expresado el entrenador y por lo visto este jueves se cumplió el plazo.
The state of play with Ousmane Dembélé pic.twitter.com/mmIG5zeCQx— FC Barcelona (@FCBarcelona) January 20, 2022
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Según el futbolista francés, él quiere continuar en el conjunto blaugrana pero las negociaciones con Moussa Sissoko, su agente, no se dan como lo esperado. Es por eso que el Barcelona ya no tiene paciencia y Mateu Alemany, director de fútbol del club, aseguró que se le hicieron varias ofertas, respaldó al entrenador en su decisión de no contar con él y que espera poder venderlo antes del 31 de enero.
La AFE considera que «la suscripción de un contrato de trabajo como futbolista profesional le obliga a prestar sus servicios por cuenta del club siguiendo las instrucciones que se le faciliten».
Por otro lado, «el club está obligado a abonar los salarios pactados y a permitir la prestación de los servicios en las mismas condiciones que el resto de sus compañeros, sin que pueda existir ningún tipo de discriminación, ni presión para que el deportista renuncie a sus derechos laborales».
La Asociación entiende «que la renovación de un contrato requiere del acuerdo de voluntades de las dos partes. Dicho acuerdo de voluntades debe ser emitido libremente sin que existan condicionantes externos que limiten o coarten la libertad de contratación del futbolista profesional».
Por otro lado se afirma que «es cierto que un futbolista profesional no tiene el derecho a ser alineado ni siquiera convocado en todos los partidos, sino a ser tratado en las mismas condiciones que sus compañeros y estar en disposición de disputar dichos partidos. Pero si esta circunstancia se pudiera entender como una presión para doblegar su voluntad, y además se producen declaraciones públicas reconociendo este tipo de presiones, estaríamos ante una actuación ilegal por parte de la empresa».
AFE considera que «no llegar a un acuerdo para renovar un contrato de trabajo no supone un incumplimiento laboral, por lo que no podrá tener ninguna consecuencia para la prestación de los servicios».
Y finaliza afirmando que «la no alineación de un futbolista durante un periodo de tiempo sin que exista lesión, enfermedad o impedimento físico alguno, supone una devaluación de su imagen y de su caché deportivo que incidirá negativamente en sus contrataciones futuras».