Lionel Messi finalmente dio negativo al test diario de COVID-19 que se realizó en Rosario, donde pasó las fiestas junto a su familia y contrajo la enfermedad. En los últimos minutos de este martes, el futbolista, su esposa, Antonela Roccuzzo, y los tres hijos se subieron a un avión privado para regresar a París con los PCR no detectables de cada uno.
Según informaron los medios rosarinos, La Pulga llegó al Aeropuerto de Fisherton, en Rosario, en una camioneta negra pocos minutos antes de la medianoche y allí lo esperaba un avión privado que había volado desde el aeródromo de San Fernando para ir a buscarlo.
Al llegar a Francia, el futbolista deberá reincorporarse al Paris Saint Germain, que tendrá su primer partido de Ligue 1 este domingo 9 de enero contra Olympique Lyon.
La situación del astro argentino parecía indicar que se perdería, al menos, los próximos dos partidos del club parisino y hasta era duda para llegar a estar en los partidos de Eliminatorias con la Selección Argentina debido a su inactividad pero el panorama cambió.
Messi se testeó cada 24 horas cada 24 horas desde que resultó positivo en COVID-19, el pasado 26 de diciembre, y se mantuvo en “buen estado”, según trascendió desde el círculo cercano del futbolista.
Si bien Leo cuenta con avión privado, el requisito para entrar al país europeo es un testeo negativo o informe de alta en los últimos 90 días.
Según los portales de Rosario, el delantero estuvo aislado en Mirasoles, un barrio cerrado de Funes, a la espera de dar negativo en el hisopado. Se realizó uno cada 24 hs hasta poder estar en condiciones de viajar.