Lionel Messi es considerado por muchos como el mejor jugador del planeta. Ese talento innato que tiene, es algo de otro mundo. Por eso, gran parte de la vida de La Pulga es muy conocida. Sin embargo, hay ciertas historias que para muchos son desconocidas. Por ejemplo, como la que te voy a contar hoy. El día en el que Leo, tuvo que jugar con una máscara protectora que le prestó una leyenda del Barcelona.
Desde muy pequeño, Messi demostró su gran amor y pasión por el fútbol. Y aunque tuvo que pasar por situaciones comprometedoras, Leo nunca se rindió. Como todos sabemos, pasó de ser un niño que no podía crecer, a un astro del balompié mundial.
En 2003, Messi ya se destacaba en el cadete del Barcelona. Era titular indiscutido, compartía vestuario con jugadores como: Victor Vázquez y Gerad Piqué. Ese equipo juvenil hizo historia. Ganaron la liga, el campeonato de Catalunya y el campeonato de España. Pero esto casi que no sucede. Leo pudo haberse perdido la final por un tremendo golpe.
Durante el partido de Liga con el Espanyol, Messi tuvo que salir de la cancha luego de recibir un fuerte golpe en su cara. Un golpe que lo dejó tirado en el suelo por varios minutos y muy dolorido. Por suerte, a pesar de su salida, el Barca logró consagrarse campeón de la liga por quinto año consecutivo.
Messi sufrió una fractura en el pómulo pero eso mucho no le importó.
Se acercaba un partido muy importante, la final de la Copa de Catalunya, en un nuevo derbi frente al Espanyol también, como era habitual. Los médicos le habían dicho que no podía jugar por lo menos por 15 días. Pero el rosarino no obedeció las órdenes y consiguió que un crack del Barcelona le prestara una máscara protectora. El que ayudó al pequeño Leo fue el mismísimo Carles Puyol, una leyenda que en ese momento era jugador del primer equipo catalán.
Carles había estado en una situación similar un tiempo antes, al chocar con un rival en un duelo de Champions. Y cuando la pulga le pidió su máscara para poder jugar, Puyol se la dio sin ningún problema.
Messi ya se sentía feliz por poder estar presente en aquella final. Sin embargo, después de los primeros minutos de juego, Leo se dio cuenta de que usando la máscara no podía ver nada y la poca visión que le quedaba, era disminuida por la transpiración que le generaba usar ese aparato. La máscara le quedaba grande pero Messi no pensaba decirlo. Sin meter por lo menos un gol, no quería que lo saquen de la cancha.
Cuando el rosarino se dio cuenta que no podía rendir con comodidad en el campo de juego, se sacó la máscara. Leo sabía que en cuanto el entrenador se dé cuenta, lo iba a sacar del partido. Por eso, utilizó toda su energía y marcó un doblete en menos de 5 minutos para darle un título más al equipo.
Messi siguió rompiéndola en las inferiores del blaugrana y tan solo unos años después ya estaba jugando junto a Puyol en Primera División.
Esta historia quedó en el pasado, aunque el 10 argentino, hasta el día de hoy, la recuerda muy bien. En una entrevista, contó que no se daba cuenta del peligro, de lo que podía llegar a pasar, que él quería jugar como sea.
Leo forjó su futuro a base de goles y jugadas fantásticas, demostrando que su amor por el fútbol es inmenso.