Desde un jugador vendido por dos toneladas de cerdo, a otro que firmó contrato a cambio de una muñeca para su hija: un repaso por los pases más increíbles del mercado futbolero.
Hoy en día, cuando se trata de comprar o vender un jugador en el mercado de pases, hablamos de cifras multimillonarias. Pero existe, en la historia del fútbol, el registro de transacciones con «monedas de cambio» bastante particulares.
Gabino Sosa
El delantero que integró el ataque de la selección Argentina durante gran parte de la década de 1920, firmó su primer contrato profesional, con el Club Atlético Central Córdoba, a cambio de una muñeca para su hija enferma.
Máximo Federici
El jugador fue vendido por el Club Almafuerte a Huracán de Parque Patricios. El precio: 300 chapas de zinc que a la entidad «quemera» le habían sobrado de la construcción de su primera tribuna techada.
Arcadio López
El Club Atlético Boca Juniors compró al defensor de Ferrocarril Oeste. La transferencia fue saldada con los tablones del viejo estadio Xeneixe. Esos mismos tablones sostuvieron durante muchos años a los hinchas del viejo club del barrio de Caballito, en la Capital Federal.
Gheorghe Popescu
El PSV, fundado por empleados de la empresa Philips, compró al volante rumano en julio de 1990. El club holandés le pagó al Universitatea Craiova en artículos de electrónica y nuevos sistemas de iluminación y comunicación para la remodelación de su estadio.
Robert Nita
En el año 1998, el equipo de Segunda División del fútbol rumano Corvinul Hunedoara vendió a su estrella al Cimentul Fieni, a cambio de dos toneladas de cemento.
Ion Radu
También en Rumania. El jugador del Jiul Petrosani pasó al Ramnicu Valsea por dos toneladas de bifes de cerdo como pago por el pase. La explicación del presidente del club: iban a vender la carne y con el dinero le pagarían los salarios a sus jugadores.
Marius Cioara
En 2006, salió del Municipal Uzina para jugar en el Regal Hornia de la cuarta división. Lo acordado: ¡15 kilos de salchichas de cerdo!
Kenneth Kristensen
Jugador del Vindbjart, equipo de la tercera categoría del fútbol de Noruega. Fue vendido al Floya por su propio peso en langostino. Con pesaje incluído: al mejor estilo previa de pelea de boxeo, el deportista subió en calzoncillos a una balanza para que los directivos pudieran corroborar que su «valor» en mariscos equivalía a 75kgs.
Angelito Di María
Cuando daba sus primeros pasos en el fútbol, el jugador rosarino traspasado del modesto club El Torito, a Rosario Central por el «precio» de 26 pelotas de fútbol. En El Torito siguen esperando las bochas: parece que Central nunca pagó.