El día que la selección Argentina «convocó a un hincha» de la tribuna para completar el equipo.
En julio de 1916, con motivo del centenario de su independencia, Argentina se dio a la tarea de organizar el primer Campeonato Sudamericano de Fútbol.
Luego de golear en la primera fecha, 6 a 1 a Chile, el seleccionado nacional se enfrentaba a Brasil en el estadio Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (por aquellos días considerado el mejor de Sudamérica).
Era una época en la que muchos jugadores de fútbol tenían trabajos alternativos más allá del oficio deportivo. Fue justamente ese trabajo extra, lo que le impidió al goleador argentino Alberto Ohaco llegar a tiempo para el segundo compromiso del certamen frente a la selección de Brasil.
Faltaban minutos para que comience el partido, y el conjunto albiceleste estaba con diez jugadores.
En la tribuna estaba Ricardo Naón, mediocampista de Gimnasia y Esgrima de La Plata. Pero, al ser solicitado por los dirigentes de la Asociación Argentina de Football, Naón se negó debido a que hacía más de dos años que no era convocado.
Cuando parecía que se comenzaba con un jugador menos, uno de los integrantes del conjunto nacional, Pedro Martínez, avisó que entre los espectadores estaba su amigo y compañero en Huracán: José «el Negro» Laguna.
Cuando le preguntaron, claramente respondió que sí, y bajó corriendo a los vestuarios para vestirse orgulloso con los colores de su país.
Laguna que había nacido en Salta, se había mudado con su familia al barrio porteño de Parque Patricios a sus 8 años.
Creció dentro del club Huracán, y dentro de él crecía la pasión.
A diferencia de otros grandes jugadores que fueron dirigentes luego de retirarse, el camino del «negro» Laguna fue al revés: primero fue presidente del «Globo» y después jugador.
Ese día en G.E.B.A., José Manuel Durand Laguna, convirtió el único tanto para su selección, y el partido terminó 1 a 1.