Repasamos las expulsiones más rápidas de la historia del fútbol.
Durante un partido de fútbol, sabemos que la penalidad máxima es la tarjeta roja. Bajar rústicamente a un delantero siendo el último hombre, insultar a un compañero o rival o a alguno de los jueces, racismo, golpes de puño, varias son las faltas que el reglamento sanciona con la expulsión.
En algunos casos, quedarse con uno menos en un partido importante o cerca del final, significa una oportunidad que el rival aprovecha para torcer el destino y, lo que era una victoria asegurada, puede convertirse en una humillante derrota.
Aquí, el repaso de las expulsiones más rápidas de la historia del fútbol.
12 de julio de 2009, Belo Horizonte, Brasil. Ese día se jugaba, en el estadio Mineirao, el clásico de Minas Geráis: el Cruzeiro contra el Atlético Mineiro.
Habían pasado tan solo 7 segundos cuando el hombre de Cruzeiro, Zé Carlos, vió la tarjeta roja prematuramente. Luego del silbatazo inicial, el jugador cruzó a campo contrario y le metió un codazo a Renan, uno de los contrarios. El Atlético Mineiro aprovechó la diferencia numérica a su favor y se impuso 3 a 0. Ese día el brasileño superó al italiano Giuseppe Lorenzo, del Bologna F.C., que ostentaba hasta entonces el récord de la roja más rápida, a los 10 segundos del inicio, el 9 de diciembre de 1990.
28 de diciembre de 2008: la fecha del actual récord en velocidad de expulsiones. En una categoría de ascenso, jugaban el Chippenham Town F.C. contra el Bashley F.C.
Apenas comenzó el partido, el delantero del Chippenham, David Pratt, corrió a campo rival para, directamente, propinarle un planchazo al rival Chris Knowles. A los 3 segundos de juego, el atacante vio el cartón colorado, dejando a su equipo con uno menos.
Un caso aún más bizarro, es el del jugador Lee Todd. Fue en un partido por la Tercera División de una liga regional en el sur de Inglaterra. Se enfrentaban los locales del Taunton contra la visita de el Cross Farm Celtic.
El árbitro sopló con fuerza su silbato para dar comienzo al match, sin darse cuenta que estaba a pocos centímetros del oído del jugador visitante, Lee Todd. En ese momento, Todd pegó un salto y se le escaparon unos insultos al aire, producto del sorpresivo y aturdidor silbatazo. Pero el juez interpretó que lo había insultado a él. Lee Todd no sólo recibió la tarjeta roja más rápida del fútbol mundial de cualquier categoría, sino que además, injustamente, fue suspendido por 35 días y obligado a pagar una multa de 27 libras.