La historia de Leonardo Fernández Blanco, el hincha de Huracán que formó parte de la terna arbitral en un partido oficial.
El 28 de abril de 1991, se jugó un partido que pasó a la historia por un detalle increíble: ante la demora de uno de los asistentes, el puesto lo cubrió un hincha adolescente de tan solo 14 años.
El partido que sobresalió en aquella fecha del campeonato de Primera División del fútbol argentino fue el que se disputó entre Huracán y Chaco For Ever.
En la previa del partido se vivieron momentos de nerviosismo, especialmente para la terna arbitral. El juez designado para el partido, Guillermo Marconi (quien ya en aquella época era titular del Sindicato de Árbitros Deportivos de la República Argentina – SADRA), tenía a su lado al asistente Daniel López. Pero, faltando pocos minutos para llegar al final, todavía no había llegado al estadio el segundo juez de línea, Oscar Sctesce.
Leonardo Fernández Blanco, de 14 años e hincha del ‘Globo’, circulaba por los pasillos del estadio esperando cruzarse con los jugadores para conseguir algún autógrafo. Fue entonces cuando Marconi lo vio y le dijo: «Acercate por favor, querés ser de juez de línea mío. Acá y ahora.»
Vestido de jeans, y con un buzo que le consiguieron para ponerse encima de la camiseta de Huracán, ya que ahora debía “demostrar imparcialidad”, el adolescente salió a la cancha y posó junto a sus “colegas” y a los dos capitanes de equipo, para la foto oficial.
Las instrucciones del juez principal fueron clara, el muchachito debía marcar solamente los laterales, ya que él colegiado se encargaría de las posiciones fuera de juego.
A los 28 minutos del primer tiempo, finalmente, el demorado asistente Sctesce llegó al compromiso.
Leonardo le cedió el banderín y volvió victorioso a la tribuna, con una anécdota para toda la vida.