La vida de Bob Marley va más allá de su buena música. El famoso jamaiquino fue una estrella musical pero también pudo haber sido una estrella del fútbol. El balón y la música eran los dos grandes amores de Bob. Siempre llevaba una pelota de fútbol a sus giras y organizaba partidos con los integrantes de la banda y amigos invitados. Para Marley el fútbol era «libertad» .
Si bien en Jamaica el fútbol no es muy popular, Bob decía que se debía a sus genes ya que su padre, con el que no tuvo mucha relación, era de origen inglés. El músico jugaba de atacante o de volante creativo. La gente que lo vió jugar decía que tenía un nivel como para haber sido un jugador profesional.
Uno de aquellos partidos se disputó en Londres en 1979. El equipo del jamaiquino se enfrentó a otro que estaba conformado por periodistas. Se dice que el periodista Danny Baker pisó fuertemente a Bob provocándole una herida en el dedo gordo del pie derecho. La herida tenía un melanoma lentiginoso acral y los médicos le aconsejaron realizarle una pequeña amputación en el dedo. Marley se negó a esto por su religión. Decía que los «Rastafaris» como él, no debían permitir que separen una parte de su sagrado cuerpo.
El tumor acabó derivando en un cáncer que se extendió por todo su cuerpo. El miedo que Bob Marley tenía de la muerte lo hizo acudir a medicinas convencionales o a cualquier cosa que se le cruzaba por el camino. A lo largo de su tratamiento, Bob notó una leve mejoría e incluso volvió a jugar al fútbol.
Sin embargo, un día, mientras peloteaba en Central Park, sufrió un desmayo. La metástasis había llegado hasta su cerebro. Bob Marley acabó muriendo el 11 de mayo de 1981 con tan solo 36 años. Esta leyenda del reggae fue enterrado rodeado de una guitarra y de un balón de fútbol.